Los suelos de barro cocido son un clásico en la decoración. No hay casa de pueblo que se precie que no tenga un buen suelo de barro en la planta baja. Lo cierto es que los colores terrosos, su textura natural y heterogénea y sus acabados sencillos convierten este material en un clásico de los pavimentos rústicos.

Una de las características de este material es su aspecto heterogéneo, que es fruto de la artesanía que define todo el proceso de fabricación.

El color, otra de sus características principales, es uno de los elementos que le confieren un carácter especial. La variedad de matices es tan grande, que podemos encontrar tonalidades para todos los gustos y necesidades.

Según el tipo de arcilla que se emplee en la fabricación de las baldosas, su color será uno u otro. Puede ser más rojizo, más dorado o pajizo, más marrón, más claro o más oscuro, etc. En Cerámica Oropesa utilizamos arcillas procedente de la comarca, en concreto, de la zona de Puente del Arzobispo y que utilizamos en el proceso artesanal de fabricación de nuestras selectas piezas de terracota natural, tras dejarlo posar más de un año desde su extracción para que pierda fuerza y suavice su dureza natural.