Tener los suelos de barro cocido natural impecables es una tarea que, aunque nos llevará algo de tiempo, merece la pena realizar periódicamente, ya que los resultados, como puede verse en este pequeño tutorial de mantenimiento, son muy buenos.
Paso a paso
Paso 1
Con una mezcla de agua templada con jabón neutro limpiamos nuestro suelo de barro Cocido. Dejamos secar unos minutos, pues como sabéis, este tipo de suelo es muy resistente pero poroso. En el caso que sea limpieza de obra, no vendrá nada mal usar un cepillo de raíces para arrancar los posibles restos de mortero de colocación. También, para aquellos que quieran algo más contundente, os recomendamos nuestro LIMPIADOR DESINCRUSTANTE para la limpieza de suelos, que está especialmente recomendado para suelos de barro cocido, gres, suelos cerámicos, piedras, etc. Es ideal para limpiar restos de fin de obra como salitres, mortero, cemento, eflorescencias y velos blancos producidos por la cal. Se emplea diluyendo con 1 a 5 partes de agua según el grado de suciedad, dejándolo actuar unos pocos segundos, frotar con un estropajo o cepillo de raíces aclarando con abundante agua.
Paso 2
A continuación, y para proteger las baldosas de manchas y humedades, aplicamos con una paletina un producto incoloro y protector como nuestro TAPAPOROS EFECTO NATURAL, que impermeabiliza en profundidad los materiales porosos, a la vez que mantiene su aspecto original.
Paso 3
Con el suelo ya limpio y protegido, empezaremos a darle un acabado brillante. Para ello, extenderemos con una paletina una capa uniforme de cera líquida, como nuestra CERA ANTIMANCHAS, un producto especial para el acabado de suelo de barro cocido o terracota en interior. Actúa realzando la tonalidad a la vez que le confiere un alto nivel de protección ante todo tipo de manchas. De alta resistencia al desgaste, se aplica directamente sobre las piezas ya tratadas. Aplicando una mano, el acabado es mate y con una segunda mano es mate satinado
Paso 4
Una vez seco el producto, si somos perfeccionistas, pulimos ligeramente el suelo con una lijadora excéntrica a la que, previamente, le habremos colocado una caperuza de lana de oveja. De esta forma, abrillantaremos la superficie y le daremos el toque final para que se mantenga en perfectas condiciones durante una buena temporada.